Tú y yo
No somos iguales
No, nadie lo es
Pero pensé que nos parecíamos más
No en más cosas
Sino en lo básico
Y, básicamente, me equivocaba
Ahí tenías tú razón:
Las expectativas son odiosas
Y ponen en las personas un peso que no se merecen
Sin embargo, a veces son inevitables
Sobre todo esas veces que te miran a los ojos a la vez que yo vislumbro una puesta de sol en el reflejo de los tuyos, y mientras unos suaves labios me besan y me dicen que no tienen intención de irse a ninguna parte, que no quiere perderse lo que conmigo pueda suceder
Esas veces que tus manos escriben en mi espalda un te quiero después de hacer el amor
Qué tonta ¿verdad?
No te creía, y aun así te creí
Además, las señales estaban muy claras
Preferías irte de fiesta
Preferías seguir durmiendo
Preferías llegar tarde
Preferías poner excusas y pedir perdón, antes que dejar de fallarme
Preferías no hacer nada, antes que tirarte a la piscina, incluso diciéndome que tu corazón también latía con fuerza al lado del mío
Y, a pesar de todo, yo te creí porque realmente cuando estábamos juntos me sentía especial, y llegué a pensar que tú te sentías igual por tu forma de mirarme, mientras veía que tus ojos claramente se alejaban de los míos al hablar de algo que no fuera irreal y pasajero
No te culpo, la ilusa he sido yo
Aún con todo, no puedo ser tu amiga
No
No puedo
No puedo ser tu amiga
No, porque no me tuviste en cuenta, al menos no en la medida que creo que merezco
En mi cabeza, ya rondaba la idea de compartirlo todo contigo.
Las series, los juegos, las risas, los paseos, los besos desprevenidos, el amor de media noche, los viajes a París, y las despedidas llorosas hasta juntarnos de nuevo.
Los fines de semana, los veranos, las primaveras, los atardeceres y el volver a amanecer
También el conocer juntos los inviernos y las oscuras rachas, que no amargan sino revuelven el fuego del alma y fortalecen a los débiles que se enfrentan al dolor
Gritar en la playa a viva voz lo que ni el mar con toda su fuerza y bravura lograría destruir, tanto más grande y poderoso como unidos podíamos haber estado.
Lo sé, es dramático cuando te lamentas por perder algo que siquiera hemos pasado y que era obvio que no íbamos a pasar
No, no me digas que aún es posible.
Sería imposible que yo ahora retrocediese en esto, porque ya me volví a abandonar por ti, y ahora he tenido que retroceder de nuevo a la parada de la duda en la que me dejé cuando salte sin red con la estúpida idea de que saltaríamos los dos
Te lo digo en serio, no estoy enfadada, estoy triste
Sé de primera mano que hay mil tropiezos que se pasan por alto cuando nos atrevemos a continuar por caminos que está claro que no llevan a ninguna parte, y que este podría ser uno de tantos
Pero la vida nos hace fuertes solo si elegimos el camino marcado por las hostias que nos vamos dando, y no por la fantasía de que las piedras se apartarán solas cuando vayamos hacia ellas por el hecho de que te ofrezcan bonitas palabras de amor al oído
Un oído que escucha melosas declaraciones mientras coexiste con unos ojos que ven que todo se tuerce y, aún así,
¿querrías que siguiese aquí cuando decidas volver?
Esperarte sería renunciar a todo lo que estaba dispuesta a renunciar cuando había alguna posibilidad de ganar
Actualmente, apostar un doble o nada cuando siquiera nos hemos dado la oportunidad de perder, es no apostar ya nada
Son solamente ladrillos vacíos, que no soportarían el soplido del más endeble de los lobos
Siento decirte que esta Caperucita ha crecido, y que ya no se acuesta suspirando por la primera persona que le promete que todo va a salir bien, mientras claramente es en el ojo del huracán donde nos encontramos
¿Cómo terminar? ¿Quizás con un quizá? Que va
Eso no va a pasar
Ya se encarga el poco amor propio que me queda de no acariciar esa idea con mis cálidas manos, igual que mimaban tu pelo y te arañaban tiernamente mientras deseaba besar lentamente tus fríos y mentirosos labios
No hay quizá, ya no hay nada.
Y, por si te resultaba raro, los te quiero jamás los regalo
Myr. 2019
Aún viva
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