Lo conseguiré
Pero no sin sangrar
Quien no llora no mama
Y, a veces, quien llora tampoco
“Puedes encabritarte como un caballo salvaje, decir palabrotas, maldecir al destino… Pero a la hora de la
verdad, tienes que resignarte”
"El curioso caso de Benjamin Button"
Qué puta maldición
Con lo bien que me va sin gente y, aun con todo, la
necesito
Mejor dicho, una parte de mí la necesita
La otra, los aborrece.
Es la pareja perfecta
Para volverse loca
No estoy segura de si esto tiene una salida o no.
Sé que no es el principio, no, que va. El principio fue
raro, extraño, confuso, disparatado, loco, malnacido, frustrante… No era algo
que quisiese aceptar. Era el mundo el que estaba mal, no yo. Ese era el
principio, en el que poco a poco me fui dando cuenta de que yo era la que estaba mal. Maldita sea.
El punto medio, quién coño lo sabe, yo solo sé que esto no
es el principio. El principio te permitía ciertas licencias, porque no sabías
que era lo que estaba pasando, ¿verdad?
Qué maravilla, qué delicia, qué magia.
Qué fuerte fue, pero qué poco culpable me sentía.
Sin embargo,
ahora cuando sabes lo que te pasa y cómo enfrentarlo, si no lo haces eres una
cobarde inútil. Al menos eso es lo que piensa la otra parte de mí, la muy
cabrona. Todo el día machacándome con que podría estar haciéndolo mejor de lo
que lo hago, que podría dar más, que podría ser mejor. Nunca tiene bastante,
siempre quiere hundirme en la miseria tras cometer errores. Errores que ella
veía venir, por lo que tanto y tanto me reprocha, la muy listilla.
Y qué? Y qué? Demonios! Y qué? Y qué si decido confiar una vez
más en ser feliz a mi manera, con la gente que creo que merece la pena, con
mis amigxs, con mis parejas, con mi familia, con, con, con.
Con alguien con
tal de no encontrarme sola en el refugio de mi alma.
Mi alma
Llena de pinchos,
no quiere dejarme pasar.
Y me quedo en la puerta
esperando clemencia.
Pero no me
abre,
porque está enfadada
por haber antepuesto,
de nuevo,
a cualquiera
sin mirarla.
Con razón se enfada, pero es muy tóxica.
Por qué tengo que elegirla a ella
siempre?
Por qué se enfada?
Por qué no encuentro la pregunta siquiera para ser
digna de oír aquello que quiero que me responda, joder, mierda, ostias, ya.
Por qué
Por qué
Por qué
Te alejaste tanto cuando te necesitée
Por qué por qué por qué
No estoy ni medio segura de qué es lo que demonios pasa,
solo sé que sin sudor, sin lágrimas, sin sangre, no lo voy a solucionar, porque
necesitaría más tiempo del que dispongo en esta jodida y pretenciosa sociedad
que te empuja no a seguir, sino a arrollar a cuanto tienes por delante para no
mirar nunca atrás y así no puedas siquiera definirte como la persona que crees
que eres y seas solo un puto peón más de un ajedrez que juega en una liga tan
superior que jamás sabrás cuál es la jugada que han pensado para ti, o cuál
será tu maldito final.
Qué dramática miriam. Vaya, ahora la dramática soy yo, sin embargo
tú me alejas de comprender por qué tengo algo dentro que pide a gritos que
alguien venga a rescartarme de mi misma.
Sí, de mi misma. De ti, de mí, de las
tres. Maldición y mil veces puta, no puedo discernir entre ella y yo, porque
somos la misma. Solo sé que acabará matándome si no consigo escapar de
sus intrusiones constantes, y solo sé que para escapar de ellas no debo huir,
sino pararme y hacerles frente hasta que me diga lo que quiere, pero… antes
Antes debo encontrar la pregunta
Y eso será con sudor, lágrimas, y con sangre.
Lo sé. Lo siento
Alguien dentro de mí está cantando ¡Supera la distancia! ¡Supera la distancia una vez más!